Relatos

Donde la cultura y geografía forjaron historias que marcaron el territorio. Puedes descubrir más relatos en el sitio Cultural de la Provincia en www.culturaprovinciapalena.cl

Laguna Toro

En una de las primeras familias colonas de comuna Futaleufú específicamente el sector río azul, estamos hablando de la familia Toro Vallejos formada por Moisés Toro Pérez y Edita Vallejos e hijos, entre los cuales había un hijo que se encargaba de campear animales en la cordillera y buscar lugares aptos para veranear animales en la época que en los potreros se cortaba el pasto se almacenaba en galpones para luego usar como forraje en tiempos de inviernos, el era don Mario Toro, que hasta el día de hoy es recordado por ser una persona amante de conocer cordilleras y explorar nuevos lugares, no tan solo por curiosidad sino por la necesidad de sembrar pasto en veranadas y buscando animales que subían a las alturas curioseando alimento, y es en una de estas ocasiones que en el año 1954, cuando este joven de tan solo 17 años de edad (antes de presentarse al servicio militar, según el mismo lo relató) en busca de una yunta de bueyes que se habían perdido, decide amarrar su caballo a las faldas de la cordillera y se interna en el espeso bosque donde solo se podía ingresar a pie, avanzó hasta donde el creyó posible que los animales podían llegar y al no hallarlos y estar tan cerca del poste, le surge la curiosidad de investigar de donde nace el arroyo conocido actualmente como Guapito, y de esta forma es que llega a la Laguna. Luego le cuenta a su padre Moisés Toro de este hermoso lugar que había descubierto, y al tiempo deciden subir a conocer este lugar, en esta ocasión subieron 7 personas entre las cuales iban mujeres y un niño.

Para ver las fotografías de la Laguna Toro click aqui.

El primer Poblador Puerto Cárdenas

Don Manuel llega a Chaitén en 1936 a trabajar como encargado de la caldera de la “AMELIA”, el barquito de los hermanos Jacinto y Orlando Cárdenas, que –como dijimos en notas anteriores- fue el primero en subir por el río Yelcho hasta el lago.

Cuando conoce Puerto Cárdenas, se enamora del lugar. Decide, entonces, establecerse allí junto a sus padres y hermanos.
Apenas su familia llega a Chaitén, remontan el río Yelcho en un bote hasta llegar Puerto Cárdenas. Mientras construyen su ranchita, viven durante varios días debajo de la roca que mostramos en foto anexa, y que años después, fue ocupada muchas veces por arrieros que -en medio de un temporal- buscaban un buen lugar para esperar que escampara.

Ese mismo año, ocurre la primera desgracia de los Cavero. Su padre desaparece en medio del lago. A pesar de que lo buscan intensamente, sólo hallan su bote semanas después.

Manuel, entonces, se hace cargo de la familia. Para sobrevivir, se dedica a construir chatas, cazar coipos y a cortar ciprés que luego vende a don Avelino Silva, dueño de un aserradero.

Cuando viene a Chaitén, lo hace acompañado de toda su familia. En una oportunidad, por razones climáticas, deben quedarse acá por más de un mes. Cuando regresan, se sorprenden al ver a un hombre ocupando la rancha. Les dice que él está autorizado para no dejarlos entrar.

Con una desmurradora en la mano, don Manuel le pregunta enfurecido:

– Ahora dígame ¿de quién es esta casa? … Dígamelo, porque si no, yo mismo voy a hacer justicia.

Sólo ahí el hombre abandonó la rancha. Acto seguido, don Manuel baja a dar cuenta a Carabineros, pero ya hay estampada una denuncia en su contra. Lo acusan de haber robado clavos y herramientas que dicen haber dejado encargadas en su casa.
Aunque eso es completamente falso, desanimados, los Cavero ceden y se van de Puerto Cárdenas. Se instalan en Río Correntoso, un lugar en medio del lago Yelcho.

En la década del 50, don Manuel trabaja como ayudante en el barco de don Tito Gesell.

En 1960, muere su madre en Puerto Ramírez y tiempo después, don Manuel, aquejado de una compleja enfermedad, debe viajar a Santiago. Estuvo 7 meses allá hasta que –algo recuperado- puede regresar a su casa. Pero la mala suerte no los abandona. Un día, en que regresan de Chaitén, al llegar a río Correntoso, se encuentran su casa quemada. Han perdido todo lo que, con tanto esfuerzo, consiguieron.

Sus hermanos toman otros rumbos y don Manuel decide vivir en Chaitén. Al otro lado del río Blanco, cerca de la desembocadura, construye una casita y allí se dedica a criar algunos animalitos con los que se mantiene hasta el día de su muerte.

FUENTES: “Chaitén, Tiempos Pretéritos”, de don Luis Riffo. Fotografía de la fan page Chaitén en Fotos.